El menú

‘El menú’ en medio de una lluvia de críticas buenas.

Desde hace unos cuántos días los amantes del cine y de la cocina, andan descrestados con El menú, la nueva película protagonizada por Anya Taylor-Joy, Nicholas Hoult y Ralph Fiennes, la cual lanza una mirada a lo pretenciosos y absurdos gustos culinarios que pueden llegar a tener las personas de la clase alta.

Esta producción desde su estreno mundial en el Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF), en septiembre pasado, no ha dejado de generar buenos comentarios, pues va más allá de mostrarnos que la idea de pagar millones de pesos por una cena es absurda para la gran mayoría de la población, por lo que han surgido diferentes mitos a su alrededor.

La película mezcla el miedo y el suspenso, con el mundo de la cocina, ya que narra las historias de los restaurantes más finos del mundo, a los cuales, los clientes no van por la calidad de la comida, sino por el simple hecho de que pueden pagar por ello y los demás no.

El Menú inicia con la ubicación de un lujoso restaurante en una isla y un reducido número de invitados a los cuales se les presentan diversos platos en medio de finas ironías que van anunciando mayores sátiras y burlas entre los que están allí presentes.

El filme juega un poco con los límites de lo real y también cuenta la historia de todo el equipo de cocina que trabaja para el chef, un extraño y siniestro personaje, interpretado por Ralph Fiennes. En el restaurante empiezan a suceder inesperados eventos, por lo que se empieza a sentir un poco de suspenso.

El director, Mark Mylod, estuvo al mando de algunos episodios de la célebre serie Game of thrones y de la película El gran blanco (2005). Sus guionistas fueron Seth Reiss y Will Tracy, quienes recrearon los momentos en un ambiente muy realista con diversos elementos de la gastronomía.

Por otro lado, podemos ver a Anya Taylor-Joy, conocida por la serie de televisión Gambito de dama, quien rompe la rígida planeación del chef al llegar como invitada de reemplazo y se convierte en la parte incómoda de la cena de esa noche.

La película argumenta que la simple existencia de esos grandes lujos les arrebata el verdadero significado a momentos tan simples como una cena, pues, las personas con dinero están pagando por “la experiencia de ir allí” y no por disfrutar de una buena comida junto a sus conocidos o sus seres queridos.